CUANDO EL MIEDO SE CONVIERTE EN EXCUSA



El miedo puede llegar a convertirse en la excusa perfecta.
Una excusa perfecta para eludir la responsabilidad de lo que hemos hecho,  provocado en nosotros mismos, o en otras personas con alguna acción que emprendimos.


A veces hay situaciones en las que aparece el miedo,  no el miedo a una amenaza física, mas bien a una amenaza que esta en nuestras mentes. Amenazas que no están ahí y sin embargo las vemos como si nos estuviera pasando, las sentimos como si de verdad se hubiesen producido. Ese miedo a hacer daño a otras personas, a las consecuencias de nuestros actos, a lo que nosotros provocamos. Miedo que nos crea inseguridades, incertidumbres de que pasara y que escapan  a nuestro control.
Miedo a seguir con aquello que habíamos comenzado,  miedo que nos impiden seguir con nuestras ilusiones, sueños, deseos etc. Un miedo al que dirán, que pensaran, a las consecuencias que pueda tener para nosotros o para otros, miedo a que por el camino podamos perder lo que tenemos seguro, miedo a perder nuestra zona de confort.

Hay ocasiones en las que empezamos algo, un proyecto, una relación, un negocio...., unas veces somos conscientes  de lo que hacemos, y muchas otras solo nos dejamos llevar por el impulso, por el instinto, buscando quizás lo nuevo y emocionante, lo excitante, lo que te provoca ilusión, buscando el reto personal o profesional. Nos dejamos llevar sin medir las consecuencias, no tenemos en cuenta como pueden afectarnos a nosotros y a otras personas.  Personas que a veces se ven arrastradas, envueltas en esas situaciones que no pidieron, que no buscaron, porque tal vez de un modo u otro servían a nuestros propósitos, o quizás eran objetos de nuestros deseos.

Consecuencias que se pasan por alto, ya que las emociones que nos provocan hacen de las suyas en nuestro cerebro, produciendo una reacción química donde intervienen una serie de sustancias, como la dopamina, endorfina o serotonina (hormonas de la felicidad) que causan en nuestro cerebro una sensación de bienestar y felicidad, nuestro cerebro se acaba volviendo dependiente, y así inconscientemente buscamos las situaciones emocionantes, excitantes, las que te llenan de ilusión, de deseos por cumplir, buscamos una y otra vez esa situación que proporcione a nuestro cerebro la  dosis de felicidad y bienestar.

En esta tesitura se encuentra la razón, a la que dejamos en un segundo plano sin ser consciente de ello, la ignoramos ya que es la única que podría poner freno.




Cuando en algún momento tomamos conciencia de lo que estamos haciendo, de lo que quizás estamos provocando o hemos provocado, nos entra el miedo echamos un paso atrás, pero indudablemente lo que hicimos quedo hecho.
El miedo nos lleva a querer desandar lo andado, a eludir la situación que provocamos al perseguir con insistencia lo que deseábamos, aquello que nos dimos cuenta que no era la mejor opción. Tal vez insistimos tanto porque buscábamos satisfacer alguna necesidad de llenar un vacío del que posiblemente no éramos conscientes.

Si alguien te preguntara....¿A que tienes miedo?, ¿Por que tienes miedo?. Después de lo vivido, de lo experimentado, después de complicidades o de risas, después de...... quizás las  respuestas serian muy parecidas a estas: miedo a lo que pueda traer, miedo a lo que no se controla, a la incertidumbre que te provoca no tener el control absoluto,  a dejarse llevar, miedo en definitiva a las consecuencias que tendría.

De este modo se utiliza el  miedo como excusa, para evadir toda responsabilidad de los actos propios y de las consecuencias ocasionadas a otras personas.
Simplemente hay personas que se vuelven cobardes para asumir sus responsabilidades en nombre del miedo. Siendo posiblemente que el único miedo al que le tienen "miedo", sea reconocer lo que sienten realmente ante aquello que hicieron, aquello que provocaron en otros. Miedo quizás a un sentimiento que les produjo aquello que empezaron y  con el que no contaban. Miedo a sus sentimientos, a reconocerlos y ponerles un nombre. Miedo a ellos mismos.

Simplemente el miedo se convierte en la  excusa perfecta.
 



Remedios H. Moreno.













Comentarios

Entradas populares de este blog

EL TIEMPO, SOLO ES TIEMPO.

BESOS, MUCHOS BESOS.....

Sentimiento