REFLEXIONES Y ALGO MAS.

CORAZÓN DE POETA Salve de las llamas, a un corazón malherido y maltrecho. Lo llevo conmigo desde antes del tiempo, alimente su hambre y sacie su sed. Fue recuperando fuerzas y después me dedique a curar sus heridas una a una. Lave su piel y planche sus arrugas. Se miro al espejo y siguió mirando, para ver si encontraba algún  indicio de quien era. Y vio un rostro de piel blanca  y huellas de haber tenido pecas. Unos ojos cansados, pero llenos de vida con mirada inquieta. Una boca entreabierta, que se traga la vida con bocanadas lentas. Unos labios pródigos en sonrisas y besos, y una lengua que ayuda a pronunciar "te quiero" Unos brazos flácidos de tanto esfuerzo,  que durante años cargo todo el peso, el tuyo, el mio...el nuestro. Bajo la mirada y al mirar de nuevo al espejo descubrió un corazón, casi imperfecto. Lo reconoció entre  las arrugas del sufrimiento. ¡Es mi corazón! y aun con todo lo qu...

¿Que no tengo fuerzas? ¿Que no tengo fuerzas?  No, no las tengo, no tengo fuerzas  para aguantar idiotas que dan consejos,  que ni pedí, ni quiero. No las tengo, para hacer de mi vida, tus deseos, ni que me vendas  el papel, del héroe bueno. No tengo fuerzas, las gaste esperando a un viento nuevo, que me llevara, a surcar los mares en un velero, o que me llevara en un cohete alado a cruzar el cielo. ¿Que no tengo fuerzas? ¿Estas seguro de eso? Si, es cierto...pero no son fuerzas las que no tengo, son las ganas  las que me faltan para perder el tiempo, ni para ver tu cara, ni tu sombra, ni siquiera el humo del escape del coche que lleva tus huesos. Tengo fuerzas, si, las tengo para hacer de mi vida lo que quiero y sentir en mis venas la sangre corriendo.  También las tengo, para saber lo que valgo y quererme por eso. Tengo fuerzas, si, las tengo hasta para agradecerte lo hecho, porque contribuiste a que sea ...

MEDIA VIDA Nací muerta, aunque mi corazón latía. porque nací, para vivir muerta. Media vida, viviendo una muerte, o media muerte, viviendo una vida. ¿Cual fue mejor? ¿Que fue peor? En una muerte, resiliente crecí. Y me hice niña en una casa, que no era mía, donde lo único que, si fue mio, era el miedo. Algunas risas, pocos besos, muchos llantos. Entre pesadillas y sueños, fueron la historia de media vida que no viví. Tuve dos familias, y ninguna lo era. Un padre, dos madres, trece hermanos muchos primos y una sola abuela. Por tener, hasta tuve dos fantasmas. El primero venia a visitarme cada noche a mi tumba de sabanas blancas. Pero lo eche, estaba agotada. El, pisoteaba mis flores y se marchitaban. y, yo ya estaba cansada,  no soporte mas  tiempo que,  me despertara,  en mitad de mi muerte soñada. Continué  viviendo, una muerte anclada a mi cuerpo. El segundo fantasma,...